Pioneras de la GEOLOGÍA: Catherine Alice Raisin

En esta revisión y puesta en valor de la “Herstory” quiero dedicarle unas líneas de mi “Diario de Aprendizaje” a la labor a una de tantas pioneras (desconocidas para la mayoría) que consiguieron con su día a día derribar barreras y ocupar el espacio público en sectores y oficios tradicionalmente masculinos, como la GEOLOGÍA.

Catherine Alice Raisin (1855-1945)


Nació en Reino Unido y desde muy temprana edad se interesó por la Geología. Se formó en uno de los colegios para niñas más antiguos de la región, donde posteriormente ejerció como profesora. En 1878, la Universidad de Londres comenzó a abrir sus puertas a las mujeres y Raisin se examinó y aprobó el examen de acceso. Fue la primera mujer que se licenció en Geología y posteriormente obtuvo el doctorado, convirtiéndose en la segunda mujer inglesa en obtener esta titulación.

Como buena geóloga, siempre la fascinó el trabajo de campo: salir a estudiar las rocas a su lugar de afloramiento. Tarea primordial en su profesión pero complicada en aquella época para las mujeres. Más adelante, cuando fue profesora de una universidad femenina, seguiría haciéndolo con sus alumnas.

Publicó una gran cantidad de trabajos científicos. El primero de ellos, en 1887, no pudo defenderlo delante de los miembros de la Sociedad Geológica de Londres (tuvieron que leerlo en su nombre), ya que las mujeres no tuvieron permitida la entrada hasta varios años después.

Realizó la mayor parte de su trabajo académico en el Bedford College para chicas. En 1890 ocupó el puesto de Directora del Departamento de Geología y posteriormente también del de Botánica. En 1898 fue nombrada vicedirectora del Bedford College y con ello se convirtió en la primera mujer en detentar ese puesto. Lo ocupó durante tres años, hasta que le fue ofrecido otro puesto en la University College of London.

Además de por su profesión también fue conocida por su empeño, dedicación y apoyo a la educación femenina. En el transcurso de su carrera, Raisin luchó por la igualdad en la educación, específicamente por el derecho de las estudiantes a estudiar en la universidad y convertirse en investigadoras o profesoras.

A los 25 años, en 1880, ayudó a fundar el Club Somerville, un foro de debate para las mujeres, que tenían la entrada vetada en los clubes masculinos mayoritarios.

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